viernes, 8 de abril de 2016

abril 8 2016



Algunas instituciones financieras, como la Fundación de los Hermanos Rockefeller, están detrás de la filtración de los denominados 'papales de Panamá', mientras que otras, como el Grupo Rothschild, están involucradas en el escándalo y han salido en defensa de sus clientes.
Esta agrupación, especializada en la gestión de activos, abrió una institución de fideicomiso en Panamá por encargo del presidente de Ucrania, Piotr Poroshenko, para gestionar las acciones de su compañía de dulces Roshen.
Con el objetivo de defender a su cliente, el Grupo Rothschild argumenta que el fondo fiduciario de Poroshenko cumple plenamente todos los reglamentos de los hombres de negocios que se dedican a la política.
El propio mandatario ucraniano señaló a Reuters que no había transferido sus activos en fideicomiso de Rothschild con el fin de minimizar los gastos —evitar el pago de impuestos al país que preside—, sino para separar sus intereses económicos y políticos, que es "la principal diferencia con respecto a los casos de Islandia o Rusia", a pesar de que el nombre del líder ruso, Vladímir Putin, no figura en 'los papales de Panamá'.
El Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) difundió el pasado domingo parcialmente los llamados 'papeles de Panamá', documentos que recogen la supuesta relación de empresarios, funcionarios públicos de alto nivel y celebridades con paraísos fiscales.
Leer más ¿Por qué no hay nombres estadounidenses en los 'Papeles de Panamá'?
Según el sitio web de la organización, entre los donantes recientes se hallan compañías como la Open Society Foundations, cuyo presidente es el magnate y especulador financiero estadounidense George Soros, y la Fundación Ford, con sede en Nueva York. En este sentido, esta última "está conectada con la CIA y se ha especializado en propaganda cultural internacional desde finales de la Segunda Guerra Mundial", señala el columnista Kurt Nimmo en el portal Infowars.
La página oficial del consorcio periodístico señala que "fundado en 1997 por el periodista estadounidense Chuck Lewis, el ICIJ se inició como un proyecto del Centro para la Integridad Pública (...) centrándose en cuestiones como la delincuencia transfronteriza, la corrupción y la rendición de cuentas del poder".
Según la información del sitio web del Centro para la Integridad Pública, entre los principales financiadores institucionales se encuentran la Fundación de los Hermanos Rockefeller y la Fundación de la Familia Rockefeller, ambas pertenecientes a la más importante, poderosa y reconocida ascendencia estadounidense. Asimismo, aparecen compañías como la Fundación Goldman-Sonnenfeldt, la Fundación Kellogg y la corporación Carnegie de Nueva York. Los datos oficiales señalan que todos ellos han contribuido al organismo con 20.000 dólares o más en 2014. Sin embargo, no existen informaciones sobre lo poderosa que puede ser la influencia de estos fondos en las diversas actividades que realizan los miembros del ICIJ.
WikiLeaks denuncia que EE.UU. financió el ataque contra Rusia
Este martes WikiLeaks publicaba a través de su cuenta de Twitter que "el ataque de los 'papeles de Panamá' contra Putin fue organizado por la [organización Organized Crime and Corruption Reporting Project] OCCRP, tiene como objetivo Rusia y los países de la antigua Unión Soviética y financiado por la USAID y Soros".
Además, en otro mensaje especificaba que aunque las "afirmaciones de que los 'papeles de Panamá' en sí mismos son una 'trama' contra Rusia no tienen sentido". Sin embargo "la organización de D.C. [Washington] y el dinero de la [Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional] USAID inclinaron la cobertura".
Esta filtración masiva de documentos financieros sobre empresas en paraísos fiscales se convirtió rápidamente en el tema principal de la actualidad informativa de todo el mundo. Según los materiales descubiertos, 11 millones y medio de documentos procedentes del despacho de abogados panameño Mossack Fonseca, doce jefes y exjefes de Estado, así numerosas figuras del ámbito político, cultural y deportivo de diferentes países, pueden estar vinculados a empresas en paraísos fiscales. Entre los nombres mencionados en la investigación figuran el futbolista Lionel Messi, el presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, y el padre de David Cameron, primer ministro de Reino Unido. Aunque en los documentos no se hace mención al presidente de Rusia, medios occidentales han centrado la investigación en su persona.
La espada de Damocles es una frase acuñada en alusión a este cuento para ejemplificar el peligro que se instala en aquellos que ostentan un gran poder, pues no sólo pueden perderlo de golpe, sino todo lo demás, incluida la vida. Tallas en madera de la espada de Damocles aparecen en libros europeos de los siglos XVI y XVII.
LA ESPADA DE DAMOCLES
La espada de Damocles, del pintor Richard Westall (1812) Érase una vez un rey llamado Dionisio I El Viejo, soberano de Siracusa. En ese tiempo la ciudad era griega y la más importante de la gran isla de Sicilia.
Vivía en un suntuoso palacio en donde las riquezas abundaban, en especial por las obras de arte, el lujo, la exquisita y fina cocina, las lindas mujeres y el refinamiento de los cortesanos.
Contaba, además, con criados y esclavos solícitos a sus mínimos requerimientos. Había mucha gente que lo envidiaba por el poder que ostentaba y por su incalculable fortuna.
Uno de ellos era Damocles, un cortesano que se dedicaba a la intriga, al ocio, y en especial a envidiar a su rey, uno de sus mejores amigos.
-¡Qué afortunado eres; cuentas con todo lo que un ser humano puede aspirar! Dudo que exista alguien más feliz que tú-, solía repetirle.
Dionisio, quien adolecía de muchos defectos, sí odiaba la envidia y estaba aburrido de oír día a día las aparentes adulaciones, que eran una expresión velada de resquemor.
-¿En verdad, Damocles, crees que soy más feliz que los demás?
Damocles, que pensaba que la felicidad consistía en el tener y en el poder, le respondió:
-Sí, en verdad creo que eres no sólo el más feliz de nosotros, sino el más feliz del mundo.
Si te gusta tanto esto, ¿por qué no cambiamos de lugar por un día?
-Sólo en sueños lo había pensado, mi rey. Sí, me encantaría disfrutar de tus placeres y riquezas aunque sea sólo por un día y al igual que tú, no tener ninguna preocupación.
-Está bien. Cambiemos; tú serás el rey y yo el cortesano; pero sólo por un día.
Así lo convinieron para el día siguiente. La corte y los criados quedaron de tratar a Damocles como si fuera el rey. Le colocaron la corona de oro y diamantes y le pusieron el manto real.
Damocles se hizo servir en la sala de banquetes, los mejores vinos y la más deliciosa comida. Al escuchar la música, dedicada a él, al sentirse halagado y admirado, no pudo menos que pensar que era el hombre más feliz del mundo.
-Esto sí que es vida-, le dijo al rey, quien estaba sentado al otro extremo de la mesa. Estoy disfrutando como nunca.
Al beber el mejor de los vinos en una copa de oro, miró hacia lo alto. ¿Qué era lo que pendía de arriba, un objeto cuya punta casi le tocaba la cabeza? Sobre su cabeza pendía una afilada espada, atada al techo por un delgado hilo. El brillo de ésta casi le impedía ver.
Las manos le temblaban de tal manera, que derramó parte del contenido de su copa. Como pudo, hizo acallar la música y sólo con la mirada desdeñaba los ricos manjares que iban sirviéndole.
No se atrevía a huir, aunque era su único anhelo. Tenía pánico de mover hasta las cejas. El hilo era demasiado delgado; bastaba un pequeño vaivén para que se cortara y se enterrará en su cabeza.
-Amigo, ¿qué te pasa?- preguntó Dionisio. -Da la impresión que nada te interesa. Hiciste callar la música, derramaste la copa de vino y hasta has perdido el apetito.
¿Acaso no ves la espada pendiendo de un hilo sobre mí? -, preguntó Damocles.
-Sí, claro que la veo. Siempre pende sobre mi cabeza. La veo a cada instante. Siempre está el peligro de que caiga, no sólo por su propio peso, sino que el hilo sea cortado por alguien. Puede ser un asesor envidioso de mi poder que quiera asesinarme. También puede ser alguien que quiera derrocarme propagando mentiras en mi contra. Puede suceder que un reino vecino venga a atacarnos, me asesine para quitarme el trono y así extender su poderío. Asimismo, puedo equivocarme en alguna de mis decisiones y esto provoque mi caída.
-Mira Damocles-, continuó el rey, -si quieres ser monarca, tienes que estar dispuesto a aceptar estos riesgos que son parte del poder.
Damocles, muy asustado, apenas se atrevía a responder. Veía la espada y se atragantaba de miedo.
-Rey mío, ahora veo que estaba equivocado. Además de la riqueza, el poder y la fama, tienes mucho que hacer, mucho en que pensar. Por favor, ocupa tu lugar y déjame volver a casa. Ese es mi anhelo supremo.
Damocles, al salir del palacio, con el paso cada vez más firme, corriendo y hasta casi volando, lo único que deseaba era abrazar a su sencilla esposa y valorar su interioridad. Lo mismo pensaba hacer con su hijo.
Ahora sí les iba a inculcar con su propio testimonio de vida, que los valores no se sostienen en el poder ni en el tener.
La espada de Damocles es una frase acuñada en alusión a este cuento para ejemplificar la inseguridad en que se instalan aquellos que ostentan un gran poder, pues no sólo pueden perderlo de golpe, sino todo lo demás, incluida la vida.

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